lunes, 6 de junio de 2016

Las 5 heridas del alma


El Abandono


Abandonar a alguien es apartarse de él, dejarlo, no desear más que tener que ver con él. La herida que se vive en el caso del abandono, se sitúa en el plano del tener y el hacer. Muchas personas que sufren la herida de abandono, experimentaron de pequeñas una profunda falta de comunicación con el progenitor del sexo opuesto. Quienes sufren abandono consideran que no son queridos. La ausencia de alimentación física también puede originar la herida de abandono, la cual suele comenzar antes de los dos años de edad. La máscara que se crea el humano para intentar ocultar su herida es la del dependiente. El dependiente cree que no puede lograr nada por si mismo, y por tanto, tiene necesidad de alguien más como sustento. Su cuerpo refleja esta necesidad de apoyo. Es facil ver en esta persona al niño pequeño que necesita ayuda. 

 Quien sufre abandono alimenta su herida cada vez que abandona un proyecto en el que tenía mucho interés, que se deja caer, que no se ocupa lo suficiente de si mismo y que no se presta la atención que necesita. Infunde temor en otros al apegarse excesivamente a ellos y de esta forma se las ingenia para perderlos y estar de nuevo solo. Hace sufrir mucho a su cuerpo y se crea enfermedades para recibir atención. 

 Las personas que poseen esta herida, generalmente sufren alguna de estas enfermedades: 

Lumbalgia, bronquitis, migrañas, hipoglicemias, agorafobia, diabetes, glandulas suprarrenales, miopía, histeria, depresión.

 Si reconoces en ti las carácterísticas del dependiente, aún cuando creas no haber carecido de atención por parte de tu progenitor del sexo opuesto y sientas por el contrario haber recibido mucha, quizá esto fué lo que sucedió: La atención que recibiste tal vez no correspondía a la que hubieras querido. Tal vez hasta pudiste sentirte abrumado.

 Si este es tu caso y estás aferrado a una persona haciendo todo lo posible por miedo a no ser abandonado, debes brindarte tu propio apoyo. Busca una imagen mental, imagina cualquier cosa que te de apoyo. No te acobardes, sobre todo en momentos de desesperación, no pienses que ya no puedes obtener ayuda del exterior. Quizás creas que no podrás salir adelante solo, pero para todo problema existe siempre una solución. Al apoyarte a ti mismo vendrá la luz y encotrarás esa solución.

 La ventaja de reconocer nuestras heridas es que finalmente emprendemos el camino correcto. Antes actuabamos como la persona que va al médico para curar su hígado cuando en relaidad sufre un problema cardíaco. Después de tocar lo que realmente duele es que podemos solucionar el problema y activar la curación de la herida.

Para que cualquier problema desaparezca, primero es necesario aceptarlo y brindarle amor incondicional en lugar de desear que desaparezca. Tus heridas profundas tambien tienen la necesidad de que las reconozcas, las ames y las aceptes.

 

Ha llegado el momento de decidir que puedes vivir aún sitiendote herido. Ya no eres ese niño pequeño que no podía curar su herida. Ahora eres un adulto con experiencia y madurez, con una perspectiva distinta de la vida y con la intención de amarte cada vez más.

Continuará...


Tomado del texto: Las 5 heridas que impiden ser uno mismo de Lise Borbeau.

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