Las 5 heridas del alma
El Abandono
Abandonar
a alguien es apartarse de él, dejarlo, no desear más que tener que ver
con él. La herida que se vive en el caso del abandono, se sitúa en el
plano del tener y el hacer. Muchas personas que sufren la herida de
abandono, experimentaron de pequeñas una profunda falta de comunicación
con el progenitor del sexo opuesto. Quienes sufren abandono consideran
que no son queridos. La ausencia de alimentación física también puede
originar la herida de abandono, la cual suele comenzar antes de los dos
años de edad. La máscara que se crea el humano para intentar ocultar su
herida es la del dependiente. El dependiente cree que no puede lograr
nada por si mismo, y por tanto, tiene necesidad de alguien más como
sustento. Su cuerpo refleja esta necesidad de apoyo. Es facil ver en
esta persona al niño pequeño que necesita ayuda.
Quien sufre abandono alimenta su herida cada vez que abandona un
proyecto en el que tenía mucho interés, que se deja caer, que no se
ocupa lo suficiente de si mismo y que no se presta la atención que
necesita. Infunde temor en otros al apegarse excesivamente a ellos y de
esta forma se las ingenia para perderlos y estar de nuevo solo. Hace
sufrir mucho a su cuerpo y se crea enfermedades para recibir atención.
Las personas que poseen esta herida, generalmente sufren alguna de estas enfermedades:
Lumbalgia, bronquitis, migrañas, hipoglicemias, agorafobia, diabetes, glandulas suprarrenales, miopía, histeria, depresión.
Si reconoces en ti las carácterísticas del dependiente, aún cuando
creas no haber carecido de atención por parte de tu progenitor del sexo
opuesto y sientas por el contrario haber recibido mucha, quizá esto fué
lo que sucedió: La atención que recibiste tal vez no correspondía a la
que hubieras querido. Tal vez hasta pudiste sentirte abrumado.
Si
este es tu caso y estás aferrado a una persona haciendo todo lo posible
por miedo a no ser abandonado, debes brindarte tu propio apoyo. Busca
una imagen mental, imagina cualquier cosa que te de apoyo. No te
acobardes, sobre todo en momentos de desesperación, no pienses que ya no
puedes obtener ayuda del exterior. Quizás creas que no podrás salir
adelante solo, pero para todo problema existe siempre una solución. Al
apoyarte a ti mismo vendrá la luz y encotrarás esa solución.
La
ventaja de reconocer nuestras heridas es que finalmente emprendemos el
camino correcto. Antes actuabamos como la persona que va al médico para
curar su hígado cuando en relaidad sufre un problema cardíaco. Después
de tocar lo que realmente duele es que podemos solucionar el problema y
activar la curación de la herida.
Para que cualquier
problema desaparezca, primero es necesario aceptarlo y brindarle amor
incondicional en lugar de desear que desaparezca. Tus heridas profundas
tambien tienen la necesidad de que las reconozcas, las ames y las
aceptes.
Ha llegado el momento de decidir que
puedes vivir aún sitiendote herido. Ya no eres ese niño pequeño que no
podía curar su herida. Ahora eres un adulto con experiencia y madurez,
con una perspectiva distinta de la vida y con la intención de amarte
cada vez más.
Continuará...
Tomado del texto: Las 5 heridas que impiden ser uno mismo de Lise Borbeau.
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