Desde que nacemos, adoptamos la cultura y costumbres
del entorno en el que nacemos. Asumimos un comportamiento que hemos aprendido
de nuestros cuidadores y luego de la sociedad, incluso tomamos decisiones de
vida sin estar seguros o sin cuestionarnos siquiera una posibilidad diferente a
la que nuestros padres nos han indicado o impuesto.
Por ejemplo yo estudié Relaciones
Industriales, porque se suponía que debía ir a la universidad y graduarme en
algo, para así, tener como defenderme en la vida y ganarme el sustento. Así me
gradué y trabajé por muchos años en eso. Aún hoy lo hago, solo que ahora hay
una notoria diferencia, antes lo hice por inercia, porque era lo debido. Hoy lo
hago porque lo elijo. Cuando inicié mis estudios como Psicoterapeuta, fue
distinto, pues ya había tomado consciencia de mí y de lo que yo quería hacer y
de las habilidades que me eran propias.
Cuando a mi hija le tocó elegir lo que iba a
estudiar, pues ella si sabía que tenía la posibilidad de elegir, le fue muy difícil,
creo que se debió a que ella no estaba tan segura de la respuesta a la pregunta
¿Quién soy?
Daniela, mi hija, estaba segura de que no
tenía que hacer lo que hice yo, o alguno de la familia, ella se sabía diferente
el problema surge cuando no sabe qué elegir.
Es aquí donde aparece lo que Heidegger
llamaba “ansiedad”.
Heidegger decía que existir, ser-en-el-mundo,
tiene lugar en tres diferentes formas: “indiferenciada”, “inauténtica”,
“auténtica”
¿Cual es tu forma de ser en el mundo?
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